La libertad es un derecho; por eso decídete y lucha por lo que deseas. Ferrer,D(2013)

jueves, 23 de mayo de 2013

EN TI ESTA LA DECISIÓN

   Resulta fácil evadir realidades, escondernos constantemente en cierta coraza, colocarnos cada mañana una máscara  propicia para la ocasión. Culpar a los demás por cierta situación, esconder nuestra responsabilidad en mi padre, madre, amigo (a), hijo (a), en si me aconsejo, me dijo que hiciera, actuara y demás excusas. Si bien es cierto ello influye, pero a veces olvidamos lo siguiente: cada hecho te muestra sin ningún traje tu dura realidad, la verdad de quien eres, ese pequeño monstruo llamado: miedo, mentira, traición, falsedad… en fin. No importa la coraza que tengas tarde o temprano esta te abandonara, te dejara al descubierto y no tendrás más opción que buscar en tu interior, examinar tu corazón y sacar todo eso que has reprimido.  

   Todo es cuestión de tomar una decisión.  También podrías buscar rápidamente una coraza y seguir por allí, riendo, fingiendo, buscando halagos de tu belleza, inteligencia, chistes… No quiero decir que  que exaltar tus cualidades este mal, pero no servirá de mucho  cuando ni siquiera tú logras creer el por qué de tanta palabrería. Pueden pasar días, meses, años pero tarde o temprano esa burbuja va explotar; no tendrás más remedio que afrontar tu realidad, la misma te sumergirá en el proceso de duelo, no debe ser un “funeral eterno” por el contrario servirá para levantarte como un águila cuando logra regenerarse, salir de ello con mucha energía, con nuevo semblante, metas... No importa si tienes veinte, cincuenta, ochenta años de edad, todo pasa factura sin mirar clase social, religión, país de nacimiento.
Otro referente que da cuenta de ti, son tus amigos (as), tu pareja, todo tipo de relación que hay en tu vida. ¿Son estables y saludables o por el contrario desechables, vacías?; esa clasificación es fácil de realizar, tienes una relación de varios años y de repente por  cierta situación se acabó, o te dejaron, esa persona se marchó, ese amigo (a) del alma te dio la espalda así sin más. Vaya, con esos elementos basta para saber que te toman por ser desechable, una vez más debieras comprender: hay algo en ti que no va para nada bien. No termina, no se esfuma de manera frenética un amor o amistad verdadera. Sin embargo, aunque esa realidad te duela, debes aceptarla, y empezar a rebuscar, a jurungar dentro de ti, allí donde empieza todo ese caos que es tu presente, pero ante el cambio y ayuda necesaria no será parte de tu futuro.
    En lo que respecta al hogar, ese pequeño espacio, del planeta, del universo en el cual se desarrolló nuestra infancia, el mismo que marco nuestras vidas. Allí están los seres que integraban nuestro entorno: padre, madre, abuelos, tíos, primos… una gran persona en mi vida me dijo alguna vez me dijo lo siguiente: “los hijos son el reflejo de sus padres”; que expresión tan polémica, como se dice coloquialmente, “tiene mucha tela para cortar”. Cuesta creerlo, pero tras una amarga experiencia ya teniendo conciencia de ello, empezamos a investigar, a construir, a responder interrogantes, así es como esas nubes se esfuman y nos  dejan ver la dura realidad. Empiezas a comprender que si hoy eres co-alcohólica, esto no es de gratis. Todo hijo (a) de una persona alcohólica aunque no quiere, aunque no lo admita, terminara por atraer una pareja con los mismos rasgos de quien lo formo, salvo que decida cambiar dicho patrón, desde su interior, donde brincan constantemente las ideas.
Lo anterior se aplica no solo a quienes consumen en exceso cierta sustancia, sino también a los padre invisibles, infieles, violentos. Aprendimos  a callar, a aguantar lo inimaginable. Sí. Aprendimos a obedecer como corderos, las  mujeres en especial aprendimos a servir, a dar, dar y dar sin parar, con tal de recibir una migaja de amor, atención, aprendimos a dejarnos persuadir por quienes amamos, te colocan la venda en los ojos y tu sin mayor precaución tomas su mano, caminas confiada, crees cada susurro, cada palabreja y promesa de “amor” y allí te encaminan al abismo donde eres arrojada. 
      Hay que tener claro que a ese abismo no caes sola, no. Caes con una enfermedad, con una cicatriz, más emocional que física, después de esa secuela no serás igual. ¿Sabes por qué? Porque es justamente ahí  donde está la oportunidad de no ser igual, allí cuando a tu cuerpo le duele todo por la caída, cuando lo emocional se manifiesta sobre lo físico, cuando ataca sin contemplación tu mortal cuerpo. Es momento de empezar a escalar la montaña, allí experimentaras infinidad de sentimientos, pero debes gritarlos, romperlos, golpearlos, libérate de ellos. Si de llorar se trata hazlo, pero no te ancles, no hagas de tu vida un mar pues terminaras alongándote.
      Atraemos lo que somos, aunque nos cueste admitirlo, basta de orgullo y majaderías, es momento de colocar un hasta aquí. Empieza por decir: no invadas mi espacio, necesito tiempo para mí, para sanar, rodéate de quien de verdad te valore, te sepa guiar, aunque duela debes sacar esos (as) que te han tomado por desechables,  te podrán alagar y decir mil palabras algunos por físico, conquista u otra razón, todo ello es efímero, de nada servirá iras de nuevo como un cordero sino remodelas tu interior.
      Finalmente esta vida te toca construirla paso a paso, en ti, esta buscar la salida o seguir con tu mascara bien puesta, todo duelo deber ser vivido pero jamás eternizado, si alguien se va de tu vida, déjalo a fin de cuentas mejores personas llegaran, seres que te amen de verdad;  pero todo empieza en ti, en el valor y amor propio , cuando este último se encuentre arrinconado, flácido, desnutrido, atraerás personas que posean esa huella que llevas y quieres ocultar ya sea que eres: co-alcohólica  (hijo (a) de progenitor alcohólico), fuiste condenada al miedo de ser abandona porque en tu hogar hubo violencia, por tus padre ausentes, infieles, condenada a estar silente y permitir cualquier irrespeto. Es hora de decir: nunca más, es tiempo de cambio, en ti esta la decisión. 
Escrito por: Ferrer, D (2013)
Fuentes: 
Michelena. M. (2011). Mujeres malqueridas. Venezuela
Norwood, R. (2001). Las mujeres que aman demasiado. Argentina
Riso, W. (s/d). Manual para no morir de amor.



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